lunes, 9 de septiembre de 2013

UÑAS RECORTADAS EN EL CONO SUR


Cuando vivía en Buenos Aires, viajé algunas veces a Montevideo. No conocí casi nada, más allá de la avenida 18 de Julio, donde frecuentaba una cafetería-bar muy particular. Servían vermuts preparados, que acompañaban con una variedad increíble de tapitas diferentes, presentadas en una bandeja con diversas concavidades, una para cada producto. El precio ya incluía este acompañamiento.

Iba tanto, que acabé fijándome en un detalle curioso: Muchas mujeres jóvenes lucían el dedo corazón de la mano derecha con la uña muy recortada, aunque llevase una manicura espectacular en el resto de la mano. Lo vi tantas veces, que me picó la curiosidad y pregunté a un amigo en Buenos Aires.

“Aquí también verás algunas con la uña así” –me respondió-. “Para nosotros es un vicio bastante común. Nuestras mujeres quieren conservarnos junta a ellas y, para que no tengamos otra clase de tentaciones y permanezcamos en sus camas, se cortan esa uña para darnos el “placer prohibido” y que no tengamos que buscarlo fuera”. Confirmaba así mi sospecha, muy justificada, de que la mayoría de los hombres jóvenes bonaerenses circulaban por las dos bandas.

Más adelante, ya lejos del Cono Sur, un montevideano me confirmó la afirmación del porteño, pero añadiendo un dato más. No sólo existía las costumbre de la uña, sino que estaba muy extendida la de que la chica, mientras copulaba, penetrase a su chico con un pañuelo de cuello grande, dejando sólo un pico fuera. Una vez el pañuelo dentro, aguardaba a que la culminación estuviera cerca y, entonces, iba extrayéndolo muy poco a poco.

¿A QUE NO LO PRUEBAS?

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