domingo, 15 de septiembre de 2013

DESDE EL ARMARIO...La homosexualidad latente


La homosexualidad latente, puede definirse como inclinación homosexual de la que el individuo no está directamente consciente, como sucede con el caso de Dino, ya estudiado.
Los psicoanalistas usan el concepto de homosexualidad reprimida o latente para explicar las actitudes patológicas y actividades irracionales que exhiben algunas personas quienes se sienten confusos acerca de sus disposiciones e inclinaciones eróticas, y que luchan para negar acceso a la conciencia a sus impulsos inaceptables.
Acerca de esto, West escribió "cuando se encuentran en una situación que estimula o amenaza sus propios, repudiados, pensamientos homosexuales, estos demuestran reacciones exageradas de pánico y rabia."
Slaby (1994) mantuvo que la ansiedad acerca de la homosexualidad típicamente no ocurre en individuos que mantienen orientación hacia el mismo sexo, pero que envuelve a individuos que son ostensiblemente heterosexuales y que tienen dificultades integrando sus inclinaciones y sentimientos homosexuales. 


He ahí donde reside el problema

Claramente, la teoría psicoanalítica concluye que el homosexual latente es una entidad subclínica, ya que no se manifiesta en toda su transparencia de modo directo.
Freud, en su genio y astucia diagnósticos, fue quizás el primer investigador conocido, quien se apartara de las teorías viciadas que veían en la homosexualidad latente una condición de degenerados ocultos y la concibió como una actividad de defensa hacia la irrupción en el campo de la conciencia de conflictos inaceptables para el ego.

Ted Haggard. Evangelista furibundo "anti-gay" 
que mantuvo una relación homosexual cubierta, 
mientras predicaba, desde el púlpito contra la homosexualidad

Las formulaciones que Freud contribuyera a la teoría de la libido homosexual, por su naturaleza y sus complejidades, no podrían ser desarrolladas totalmente en esta breve lección. (Para una descripción detallada de este tópico diríjanse a:
http://www.monografias.com/trabajos88/homosexualidad-latente-y-machismo-homofobico/homosexualidad-latente-y-machismo-homofobico.shtml)
Pero, de manera sucinta, Freud creía que en su evolución psicosexual, el niño progresa del amor exclusivo hacia la figura nutriente maternal, vía un período de amor narcisista, a una fase madura y final del amor por (y hacia) otros. La homosexualidad latente, entonces se debía a fijaciones y arrestos en la fase narcisista del mismo desarrollo.
Específicamente y durante la fase evolutiva del complejo de Edipo, el niño haría una identificación defensiva con la mamá, renunciando (por razón de miedos neuróticos) a la identificación y asimilación de la figura paterna.
Para entender lo que hemos descrito en su significado social y político, sería útil si nos detuviéramos a discutir el concepto de las defensas conocidas como "Formaciones de reacción (Reaction-Formations) en las cuales el ego (inconscientemente) adopta actitudes punitivas e intolerables cuando percibe en otros las tendencias que en uno mismo no pudieran admitirse.

Un ejemplo típico es la del pastor-predicador televisivo norteamericano, que desde su púlpito fulmina, con convicción farisaica contra los mismos vicios que en privado practica.
Otro ejemplo es el del político que con voz estertorosa, gritaba "¡fraude, fraude,… en el gobierno anterior hubo corrupción y fraude!" Mientras que, durante su turno, y con indolente y natural manera cometía los robos y los mayores engaños imaginables que otros ni soñarían cometer.
Entonces, lo que nos resta por decidir, no es rehusar la homosexualidad como algo que podemos decidir sin conflictos, ya que el heterosexual genuino ni teme ni detesta la orientación sexual de los demás.
Lo que nos queda por reconocer, es la intensidad. Me refiero, a la intensidad irracional del odio, la cualidad enfermiza y patológica del repudio, la necesidad de probar y demostrarse a uno mismo que uno no es aquello que tanto aborrece y que nunca podría aceptar: ser (lo que en esencia se es) un homosexual… y, uno, cabal.

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