lunes, 24 de marzo de 2014

única revista gay del mundo árabe


Cuando el 1 de abril apareció la hoy por hoy única revista 'homo' del mundo árabe, lo primero que muchos pensaron era que se trataba de la típica inocentada habitual de estas fechas en Francia. No lo era. Mithly, título de la revista, es un juego de palabras que significa 'homosexual' y, a la vez, 'como yo' en árabe.

La publicación, una verdadera revolución en los centros de actividades libertarias, se distribuye de la misma manera que han sido imprimidos en Rabat los 200 ejemplares de los que consta la tirada: de forma clandestina.

Detrás de ella está Samir Bargachi, presidente de Kifkif, la asociación para la defensa de LGBT (Lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) marroquíes. "Ha sido imposible obtener un número de depósito legal y una autorización de publicación" dice el editorialista de Mithly.

El artículo 489 del Código penal marroquí condena con una pena de entre seis meses y tres años de cárcel y una multa "los actos lascivos o antinaturales con otra persona de su mismo sexo". Según la asociación Kifkif, con sede en Madrid, más de 5.000 homosexuales han cumplido penas de prisión desde la independencia de Marruecos en 1956.

Es con la página web de Mithly como los fundadores de esta revista mensual quieren llegar a un gran número de lectores. La página en lengua árabe está financiada por la Unión Europea y sin ánimo de lucro, tiene como finalidad enviar una nota de color al arco iris en el espacio mediático ultra estigmatizador. También cuenta con una versión en francés y otra en castellano.

Según los propulsores, Mithly es ante todo un espacio de expresión para una comunidad que está sufriendo. Una catarsis saludable para una parte de la población perseguida al mismo tiempo por el estado y por los conservadores.

Para los conservadores, la aparición de Mithly es una señal del fin del mundo

Normalmente a un homosexual en la prensa árabe se le llama shaddh, un término que significa 'perverso'. Solo algunas voces aisladas insisten en utilizar el término mithlí, con el riesgo de pasar por defensores de la depravación.

De hecho, entre los conservadores se ha vivido la aparición de la revista como una desgracia, una señal que indica el fin de los tiempos... Y eso que no aparecen efebos posando desnudos ni imaginería homosexual explícita, tan solo textos y algunas imágenes discretas.

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