Los adolescentes de mi generación, que ya estamos jubilados
casi todos, soñamos en su momento intensamente con esta escena entre dos
actores muy famosos de aquella época: Alan Bates y Oliver Reed.
En la película había más gente famosa, como Glenda Jackson.
Esta escena, tan
homoerótica, era en aquellos momentos lo más audaz que podíamos ver en el cine,
no sólo en España, sino en cualquier lugar del mundo.
Véanla en esta dirección:
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