lunes, 23 de mayo de 2016

YA NO HAY PLUMAS EN EL PORNO GAY

En los años setenta, cuando en España no nos enterábamos de lo que pasaba en el mundo ni de oídas, soñábamos con ver pelis porno gays en países extranjeros. Hoy resultarían insoportables, pero la mayor parte de las películas de entonces tenían a un joven con aspecto de engañado o chapero y un hombre mayor, generalmente con más plumas que una gallina y enjoyados de modo nada dudoso. Nadie podía equivocarse, se trataba de los que el mundo hetero llamaba “mariquitas”; hoy nos aburrirían solemnemente porque no sólo retrataban situaciones nada creíbles, sino que, para colmo, los penes no se erguían casi nunca.
Aquellos filmes nos parecerían hoy día ridículos, además de inconcebibles. Porque lo que los estadounidenses llaman “vintage” no era lo mayoritarío; algunas fotos vintage de los años sesenta y setenta parecen contemporáneas. Pero lo mayoritario, inclusive en las salas especializadas de Manhattan, eran las pelis de mariquita y chapero; a pesar de lo infumables que resultaban; había varias salas en las proximidades de Times Square donde los tíos se masturbaban sin el menor recato ni disimulo, entre exclamaciones propias de bacanal.+
. La sociedad ha cambiado mucho, pero el cine gay mucho más. Durante años, los productores convencían a actores del porno hetero para intervenir en pelis gays, por lo que cobraban mucho más. Nacieron productoras vestidas de virilidad a ultranza, de lo que se ufanaban y así surgieron una amplia pléyade de actores super viriles, musculosos, velludos y muy dotados, que llegaron a ser mitificados; nos costaba mucho creer que aquellos sujetos fueran gay y, en efecto, muchos no lo eran. Pero la pela es la pela. ç
Las cosas siguieron cambiando. Se convirtió en cotidiano que los actores que habían comenzado con lo hetero, se aficionaran al sexo gay tras rodar varias pelis; en ocasiones, nos enterábamos con sorpresa de que dos actores que habíamos tenido por muy heteros, se enamoraban y se convertían en pareja.. Y así fue ocurriendo que los mariquitas dejaron de protagonizar pelis gay (y ni siquiera aparecen en cameos). Ahora, hasta los muy abundantes adolescentes superdotados, son gays verdaderos. Y hasta se da el caso de directores como Nica Noelle, que sólo aceptan para sus pelis actores demostradamente gays. Ella lo explica diciendo que es muy desagradable estar enfocando sexo y sorprender algún gesto o mirada sombría, porque el actor se esté forzando a fingir ser gay.
El caso de Ty Roderick es paradigmático como resumen de lo que venimos comentando. Casado y con dos hijos, comenzó haciendo porno hetero. Más adelante, pasó ocasionalmente a hacer porno gay, y lo ocasional se fue convirtiendo en cotidiano. Hoy, dicen que no quiere a las mujeres (incluida la suya) ni confitadas. Seguramente es cierto, porque Nica Noelle lo contrata constantemente.